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Muchas manos, muchas voces. Ejercicio colectivo para sonar el río

“Muchas manos, muchas voces” es un ejercicio/ritual colectivo de sonar y escuchar alrededor de la obra “Cuando el río suena” de Tania Candiani. Una partitura de texto es entregada al público al momento de empezar el evento, ésta propone cómo relacionarse con el espacio y el instrumento e introduce los códigos que van a ser señalados por le directore para darle forma y desarrollo a la pieza.

Hasta 24 personas ocupan un puesto alrededor del arpa, que está amplificada y espacializada utilizando los muros de “Tornarse montaña” como herramientas acústicas para redirigir el sonido de los parlantes. El resto de asistentes ejecutan al mismo tiempo otra partitura con su voz, siguiendo los mismos códigos que señala le directore.

De este juego salen texturas difusas pero potentes, que involucran al público de manera directa y profunda en la creación de un discurso musical. La necesidad de prestar atención a las entradas y los cortes activa un tipo de escucha que normalmente solo practican los músicos, en la que los silencios son tan importantes como los sonidos y escuchar a los demás es esencial para poder amalgamar con el ensamble.

Las partituras de texto señalan un final en el que se invita a la audiencia a sentarse en silencio y escuchar un eco o memoria de lo acontecido, que es una improvisación de Pedro Eco en el computador usando las grabaciones de lo que acaban de tocar como materia prima.

Acerca de Pedro Eco Errázuriz

Es une compositore, improvisadore y performer que trabaja y reside en el área metropolitana de Medellín.

Su obra se puede dividir en dos prácticas distintas con intereses coincidentes. La primera, la creación de partituras para ser interpretadas en una sala de concierto por coros, ensambles y solistas. Estas partituras incluyen a menudo indicaciones coreográficas y teatrales junto a la notación musical tradicional, situando las piezas en el mundo de la “música teatral” y la ópera experimental.

La segunda, la de Eco como intérprete de música por computador, desde la que explora los lenguajes de la música drone, ambient y noise a través de la improvisación libre y las composiciones de forma abierta. Trabaja junto a colectivos de teatro, danza, en ensambles de improvisadorxs y como solista.

En ambas prácticas investiga la dimensión gestual y performática de la música en vivo, abogando por el cuerpo-en-escena como una fuente fértil de sentido musical, que sacude las costumbres y etiquetas de la experiencia de concierto y permite darle una dimensión física a los sonidos normalmente incorpóreos de la música electrónica.