Club de Lectura Arte y literatura
INSCRIPCIONES CERRADAS
Fecha de inicio: Martes 4 de febrero de 2025
Horario: 5:00 p.m. a 6:30 p.m.
Modalidad: Presencial
Lugar: Sala de Estudio
Dirigido a: Interesados en la lectura compartida
Aporte: $230.000 COP (Anual, incluye ingreso ilimitado al Museo, descuento 20% en productos propios de Tienda MAMM)
Descuentos Amigos MAMM: Esencial $184.000 COP / Cercano $172.500 COP / Benefactor $161.000 COP
Los encuentros se llevarán a cabo semanalmente, los martes a las 5:00 p.m. A lo largo del año se leen aproximadamente siete libros.
Explora algunos de los autores y títulos seleccionados. Te sugerimos no adquirir todo el material de inmediato, ya que el plan lector podría ajustarse según las conversaciones con los miembros del club.
Año 1596, Stratford-upon-Avon, Inglaterra. La vida de Agnes transcurre plácidamente junto a su marido y sus tres hijos. Ella cultiva plantas medicinales mientras William trabaja en Londres. El destino, sin embargo, les reservará un duro golpe cuando su hijo Hamnet, de once años, muera repentinamente tras contraer la peste. A raíz de esta tragedia, su padre creará uno de los grandes personajes de la literatura universal, de nombre casi idéntico al de su hijo. Pero este libro no habla de famosos sucesos sino de algo íntimo y olvidado: la vida de esta familia, y especialmente la de la mujer que la sostenía y que tuvo que cargar con una insoportable pérdida.En su nueva novela, de enorme éxito y que le ha valido el prestigioso Women’s Prize for Fiction, Maggie O’Farrell transita entre la ficción y la realidad histórica para acercarnos al pasado desde otro punto de vista y reivindicar una de esas inolvidables figuras que, como Agnes, pueblan los márgenes de la historia. O’Farrell nos transporta minuciosamente a la cotidianidad de la campiña inglesa a finales del siglo xvi y ahonda en las pequeñas grandes cuestiones de una existencia común y corriente: la maternidad, el matrimonio, el dolor y la pérdida.
«Me di cuenta de que entender a Feliza era una empresa difícil. Nada era sencillo cuando se trataba de ella».
El 8 de enero de 1982, la escultora colombiana Feliza Bursztyn murió en un restaurante de París. Tenía cuarenta y ocho años. En el momento de su muerte repentina la acompañaban su marido y cuatro amigos. Uno de ellos, el escritor Gabriel García Márquez, publicó días después un artículo que incluía tres palabras en apariencia simples, pero misteriosas en el fondo: «Murió de tristeza».
Juan Gabriel Vásquez parte de esas palabras para investigar en la vida secreta o desconocida de una mujer extraordinaria. Feliza Bursztyn se enfrentó siempre a la sociedad en la que le tocó vivir. Hija de una pareja de judíos expatriados en Colombia, artista revolucionaria en un tiempo de revoluciones políticas, mujer de espíritu libre en un mundo que desconfiaba de la libertad de las mujeres, llevó una existencia que puso en escena las grandes tensiones del siglo XX y, sobre todo, el deseo de ser dueña de sí misma.
En Los nombres de Feliza el autor funde con maestría la autobiografía, la realidad y la imaginación para entregar al lector una ficción asombrosa y desgarradora sobre cómo la vida íntima de un ser humano se ve inevitablemente arrollada por las fuerzas de la historia y la política.
Cuando tenía doce años, Cosimo Piovasco, barón de Rondò, en un acto de rebelión contra la rígida disciplina familiar, se encaramó a una encina del jardín de la casa paterna. Ese mismo día, el 15 de junio de 1767, conoció a la hija de los marqueses de Ondarivia y le anunció su propósito de no bajar nunca de los árboles. Desde entonces y hasta el final de su vida, Cosimo permanece fiel a ese principio. Desde las postrimerías del siglo XVIII y hasta los albores del XIX, el barón participa tanto en la Revolución francesa como en las invasiones napoleónicas, pero sin abandonar nunca esa distancia necesaria que le permite estar dentro y fuera de las cosas al mismo tiempo.En esta espléndida obra, auténtica novela de aventuras rebosante de humorismo poético y fantástico, Calvino se enfrenta con el que, según él mismo declaró, es su verdadero tema narrativo: «Una persona se fija voluntariamente una difícil regla y la sigue hasta sus últimas consecuencias, ya que sin ella no sería él mismo ni para sí ni para los otros».
Una noche, durante su estancia porteña para el rodaje de su película Tetro, Francis Ford Coppola le dijo a María Gainza: «El artista viene al mundo con un carcaj que contiene un número limitado de flechas doradas. Puede lanzar todas sus flechas de joven, o lanzarlas de adulto, o incluso ya de viejo. También puede ir lanzándolas de a poco, espaciadas a lo largo de los años. Eso sería lo ideal, pero ya sabés que lo ideal es enemigo de lo bueno».
Además de Coppola, en Un puñado de flechas asoman una acuarela de Cézanne sustraída de un museo de Buenos Aires, la casa de un coleccionista, un paseo por el Walden Pond de Thoreau, las enigmáticas pinturas de Bodhi Wind en piscinas californianas que aparecían en la no menos enigmática Tres mujeres de Robert Altman, los óleos del pintor catalán Nicolás Rubió en los que evocaba el pueblo francés donde pasó la guerra civil española, la vida cosmopolita y la memoria de la escultora María Simón, las andanzas del pintor Francis Hopkinson y su asistente Moon en México y un cuadro maldito de Tiziano oculto en Tzintzuntzan…
A medio camino entre el ensayo y la narración, María Gainza sigue explorando nuevas formas de entender la escritura, rompiendo las barreras estancas entre los géneros. Un libro en el que se entrecruzan el arte, la literatura y la vida, y que confirma a su autora como una de las voces más estimulantes del actual panorama de las letras en lengua española.
Myriam, madre de dos niños, decide reemprender su actividad laboral en un bufete de abogados a pesar de las reticencias de su marido. Tras un minucioso proceso de selección para encontrar una niñera, se deciden por Louise, que rápidamente conquista el corazón de los niños y se convierte en una figura imprescindible en el hogar. Pero poco a poco la trampa de la interdependencia va a convertirse en un drama. Con un estilo directo, incisivo y tenebroso en ocasiones, Leila Slimani despliega un inquietante thriller donde, a través de los personajes, se nos revelan los problemas de la sociedad actual, con su concepción del amor y de la educación, del sometimiento y del dinero, de los prejuicios de clase y culturales. Canción dulce ganó el Premio Goncourt 2016.
Cincuenta y dos semanas: ese es el tiempo que le queda a Mona, una niña de diez años, para atesorar toda la belleza del mundo. Es el lapso que su erudito y original abuelo se ha dado para descubrirle, cada miércoles después del colegio, una obra de arte antes de que se quede ciega. Así, se disponen a visitar juntos los tres grandes museos parisinos: Louvre, Orsay y Beaubourg (Centro Pompidou), y a zambullirse en cuadros y esculturas con el fin de que su propia belleza y su sentido filosófico permeen y se inscriban para siempre en lo más hondo de Mona. Mirando a través de los ojos de Botticelli, Vermeer, Goya, Frida Kahlo o Basquiat, la pequeña aprenderá sobre la generosidad, la duda, la melancolía, la autonomía o la indignación, e irá incorporando su poderoso aprendizaje en su día a día.
«El pueblo de Holcomb está en las elevadas llanuras trigueras del oeste de Kansas, una zona solitaria que otros habitantes de Kansas llaman ‘allá’…» A partir de esta localización precisa, Truman Capote captura al lector en una historia apasionante e inaugura, como él mismo proclamara, un género. La historia es la de los cuatro integrantes de la familia Clutter, salvajemente asesinados en su casa, una tragedia que se enlaza con el linchamiento de Dick Hickock y Perry Smith, cinco años, cuatro meses y diecinueve días más tarde. El género: la «nonfiction novel», una genial combinación de los elementos clave de los oficios de escritor y periodista.