Participantes: Katherine Gómez Peñaloza, Alejandro González Tascón, Olowaili Green, Nat Nat Iguarán, Mamo Camilo Izquierdo, Waira Nina Jacanamijoy, Juan Carlos Jamioy Juagibioy, Hernán Miraña, Yukuna Rafael Mojica Gil, Julieth Morales, Eliana Muchachasoy, Cindy Muñoz Sánchez, Brayan Orozco Valencia, Jaison Pérez Villafañe, Bladimir Rivera Macuna, SentARTE Producciones, Eusebio Siosi, SOLA, Mauricio Telpiz, Pablo Vladimir Trejo, Luis Tróchez, Unión de Médicos Indígenas, Yageceros de la Amazonia Colombiana, Phuyu Uma, Armando Valbuena Vega, Emiliano Valdés, Leonel Vásquez Amado Villafañe Chaparro, Valentina Villena Paredes, Selnich Vivas, Giamutu Wasantu, Gladys Yagarí, Mayor Leonardo Imbachi, Taita Manuel Muelas, Isua Pørøpik (Eyder Calambás)
¿Cómo dar cuenta de la diversidad cultural de Colombia a través de las prácticas artísticas y culturales contemporáneas? ¿Cómo fomentar lecturas aplicadas, adaptaciones y construcción de conocimiento para todos y todas desde los dispositivos propios del espacio museal? ¿Cómo cultivar el entusiasmo por el arte contemporáneo a la par con la valoración de cosmovisiones y tradiciones indígenas en el país?
Estos son solo algunos de los cuestionamientos que han llevado al Museo a lo largo de los últimos meses a invitar a representantes y conocedores de algunos de los 102 pueblos indígenas del país (ONIC) para generar un espacio de diálogo, exhibición y acercamiento sobre algunos de los temas más apremiantes para estas comunidades: desde la defensa del agua y el territorio, pasando por la soberanía alimentaria hasta, en algunos casos, la reconstrucción de una identidad –individual o colectiva– silenciada por siglos de exclusión y de explotación o despojo en el peor de los casos.
Esta primera etapa del proceso está integrada por una exposición en la Sala B del MAMM, una muestra sonora en el Lab3, un encuentro multicultural previsto para agosto de 2022 con personas sabedoras provenientes de distintos territorios, así como por varios otros programas públicos a lo largo de la duración de esta muestra. Significativamente, el proyecto también incluye ajustes en la visión programática del MAMM que prevén desde ya nuevas exposiciones y proyectos en diálogo, colaboración y construcción con otras tradiciones culturales del país.
El MAMM es hoy un espacio en el que conviven obras de arte en el sentido occidental con dispositivos culturales y producciones audiovisuales que avecinan los universos de distintos grupos y que, en términos generales, refieren a los principios de territorio, unidad, cultura y autonomía que los rigen. Cada elemento de la muestra se propone como parte de un entramado, de un tejido infinitamente más amplio que permite el acceso a estas cosmovisiones, a la comprensión de sus valores o búsquedas, y que al contrario del modus operandi de la cultura hegemónica, tienden por la pluralidad y por normas sociales que propenden por lo comunitario en la búsqueda del bienestar colectivo, del Buen Vivir.
La exposición, creada de manera colectiva, es también un lugar de reconocimiento de la diferencia y de la riqueza que esta conlleva, de lo inexacto que finalmente resulta usar un solo término –indígena– para referirse a lo múltiple, a la pluralidad de culturas, de modos de reflexión y pensamiento. Se busca identificar intereses y objetivos comunes, y acercar a los públicos a prácticas sociales y culturales heterogéneas de tantos territorios, para contribuir a la consolidación de un Estado y una sociedad consciente y respetuosa de la diversidad étnica y cultural.
Tiempo para escucharnos hace referencia a la importancia de la oralidad, de la palabra y de la escucha en las culturas ancestrales colombianas e incluye obras de algunos artistas provenientes de estas, junto a la presentación de objetos rituales, experiencias sensoriales y un banco de sonidos que acercan estos saberes desde un lugar privilegiado –el de la intimidad– para resaltar lo mucho que nos une. Además, en la Sala B, una selección de audiovisuales busca acercar a los públicos a distintos procesos ancestrales y contemporáneos, mientras una experiencia en realidad virtual permite participar en primera persona del baile del carrizo de los pueblos amazónicos. El título y los distintos componentes del proyecto son un llamado a la escucha de la voz, de los territorios, de los sonidos ancestrales en Colombia, porque no es posible establecer un diálogo si no existe disposición para la escucha.
Todos los componentes de Tiempo para escucharnos. Manifestaciones del arte indígena en Colombia fueron construidos entre el equipo del Museo, colaboradores externos y artistas, académicos y conocedores de algunas de estas comunidades