Revive la experiencia
Juan David Henao (Medellín, 1987) ha trabajado por varios años con los ceramistas de El Carmen de Viboral, y se ha interesado por la evolución de este oficio, así como por los discursos que lo han representado. Este municipio, ubicado en el oriente de Antioquia y a una hora de Medellín, es reconocido históricamente por la cerámica esmaltada que le es característica y cuyo oficio ha forjado las relaciones socioeconómicas del lugar. Su paisaje se enmarca en grandes extensiones territoriales donde son comunes los cultivos de maíz, paisaje similar a otros del país.
Tanto la cerámica como el maíz explican en parte cómo se ha configurado histórica y políticamente nuestro territorio y cómo se convirtieron en símbolos recurrentes que encarnan cosmogonías e identidades que a su vez posicionan lo popular como un lugar de resistencia y de identidad cultural.
El interés que motivó a Juan David Henao a pasar largo tiempo con los ceramistas también lo impulsó a detener su trayecto para observar y reflexionar sobre estos cultivos. Estas experiencias sumadas a su quehacer, cercano a los campos de la etnografía y de la antropología, le permitieron profundizar en los mecanismos y las lógicas internas de la siembra del maíz y la alfarería.
En Siembra, Henao desplaza la idea de sus primeros trabajos donde el uso de la escultura pervierte o adultera las relaciones entre historia, cultura y naturaleza, hacia una puesta en escena que trae de regreso la imagen clásica de una naturaleza costumbrista, la cual también simboliza trabajo y acción, donde la contemplación ya no es pura o desinteresada y donde cada objeto que compone la obra quiebra el sentido que poseen las costumbres y el estado habitual de las cosas.
La instalación es un paisaje que sin elementos naturales se presenta como una representación de lo popular y del trabajo artesanal. Henao utiliza el artificio como una estrategia para hacer que un espacio híbrido, que el tiempo construye, se convierta en un apunte más para sembrar la contradicción misma de nuestra historia. En últimas, esta obra se inserta como parte de una tradición del arte contemporáneo colombiano y también de una historia que es propia de Latinoamérica en la cual categorías como colonización, globalización y conceptos afines.