Del 05 de abril 2017 al 03 de julio del 2017
Ha participado en muestras colectivas como ARCO Colombia (Madrid, 2015); Bogotápolis, Stenersen Musset (Oslo, 2013) e Imaginary Homelands,York University Gallery (Toronto,2012). Su obra hace parte de la colección Jumex y de colecciones particulares en Colombia, México y Puerto Rico. Hace parte de la reconocida publicación The Younger than Jesus: Artist, editada por phaidon. Participó en la última versión del Salón Nacional de Artistas.
Bonil parte de objetos obsoletos cargados históricamente que desarma y recompone, haciéndolos al mismo tiempo familiares e inquietantes explorando sus usos sonoros. Paralelo a su actividad artística es músico con bandas como ACyDC, Trilobite y Mugre. Actualmente prepara el próximo proyecto instalativo del Lab3 del MAMM; una instalación con objetos sonoros y video que lleva por título De dientes para afuera. El proyecto propone una especie de fonación dada por la combinación de diferentes artefactos que en conjunto producen una composición sonora.
“Quise hacer algo que me identificara como artista y como persona, una experiencia sonora, utilizando mi experiencia como artista plástico y sonoro. Pensé que debía involucrar movimiento, sonido y luz, ya que son los tres ejes que sugiero en mis clases”, expresó Carlos Bonil, artista invitado para al Lab 3 del Museo de Arte Moderno de Medellín.
Durante años, el artista ha fabricado diferentes esqueletos con un material que tiene mucho de hueso: cubertería plástica. Cucharas, cuchillos y tenedores plásticos han sido estructuradas en el proceso de Bonil, quien encontró maneras de realizar formaciones óseas diversas, pegando y formando esculturas móviles y estáticas.
Los cubiertos han sido partes de máquinas, prótesis y objetos decorativos. También es un material fundamental por su significado: tratándose de un plástico, es producto del petróleo, el cual a su vez es un resultante físico-químico de la degradación de seres vivos por muchos años, cuyo componente en especial son los huesos, los órganos más perdurables. Estimulado por la idea de perdurabilidad y por lo tanto su contrario, lo desechable, Bonil pensó en especial en los dientes, utensilios de comida, los huesos que caducan con más facilidad.