La primera cosecha fue realizada en 1992 con ocasión del quinto centenario de la conquista de América y constituye un homenaje a un elemento que siendo americano “conquistó” el viejo continente al volverse parte constitutiva de su dieta y su cultura. Una de estas papas, perteneciente a esa primera “cosecha” exhibida inicialmente en la Galería de la Oficina en Medellín y que posteriormente daría lugar a otras versiones y proyectos siempre alrededor de la papa como sujeto y símbolo, se exhibirá en el hall de ingreso al Museo como un homenaje a este elemento común, incluso “tierroso”, dice el artista, que funciona a modo de reivindicación o de “contraconquista”. La obra fue realizada en fundición de tierra usando papas reales como moldes y desde el taller del reconocido artista Hugo Zapata, de quien Restrepo era allegado.
Las papas, que se han convertido en un referente inconfundible del trabajo de Restrepo en el ámbito del arte colombiano, surgen del contexto de una Medellín exuberante en la que frutas y verduras “caían de los árboles”, pero también de una ciudad sumida en la violencia y la conflictividad de aquellos años. En ese contexto, Restrepo reproducía las frutas que veía en la ciudad, ya fuera en la calle, en las ventas callejeras o en el mercado, y las colocaba en el lugar en el que había encontrado los originales. De este modo proponía reflexiones sobre la relación entre lo perecedero y lo permanente, lo artificial y lo natural, lo nativo y lo invasor, y en última instancia la relación entre América y Europa. Posteriormente, el artista empezó a producir una cosecha de papas cada año extendiendo su reflexión sobre el colonialismo al trasfondo económico de la sociedad actual, que lo abarca y lo determina todo.
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