Prostituta encendiendo cigarrillo

Durante sus últimos años de formación en el programa de Bellas Artes de la Universidad Nacional, Saturnino Ramírez (1946 – 2002) encontró lo que sería la temática vertebral de su producción artística: personajes, escenarios y dinámicas de la realidad urbana de principios de los años setenta. Sin embargo, a diferencia de sus contemporáneos, su obra no se centró en retratar la estética de la urbe en crecimiento ni tampoco en la representación de los marginados de dicha transformación, sino que optó por capturar la realidad de lugares como billares, bares, prostíbulos y otros ambientes de la vida nocturna citadina que hasta entonces se hallaban al margen de la representación plástica de mediados del siglo XX. Este giro temático, no exento de críticas, hizo de su trabajo una propuesta atípica en el panorama general de las artes nacionales, lo que lo llevó a escenarios como la III Bienal de Arte Coltejer (1972), la II Bienal Americana de Artes Gráficas (1973) y múltiples versiones del Salón Nacional de Artistas, además de hacerlo merecedor de una beca que le permitió establecerse en París junto a figuras como Luis Caballero, Darío Morales, Maripaz Jaramillo y Emma Reyes. Allí permaneció 15 años, dándole circulación internacional a su trabajo. Prostituta encendiendo un cigarrillo (1980) presenta una colorimetría de tendencia pop que hibridada con una composición casi cinematográfica, aleja al personaje de los estereotipos visuales en torno al trabajo sexual, vinculándola a su vez a un universo en que clandestinidad, soledad, espera y melancolía parecen una sola cosa.