Santiago Cárdenas (1937) sintió el impulso del arte desde muy niño, pero por petición paterna se vinculó a la carrera de arquitectura. Sin embargo, no duró mucho allí, pronto decidió cambiarse al programa de arte. La intuición no le falló. En 1959 ganó, con Autorretrato en el espejo, el primer premio del Providence Art Club. En 1961 cuando fue reclutado por el ejército estadounidense vio en ello una oportunidad para recorrer los museos europeos, y así fue, su pelotón fue enviado a Alemania, y gracias a ello conoció el Museo del Louvre, el Museo del Prado y otras tantas galerías. Al regresar a Estados Unidos contrasta lo que vio con el Pop-Art, es así como en sus lienzos empiezan a predominar los colores sólidos, las superficies planas y la economía de figuras, ello sin dejar de lado un cuidadoso trabajo pictórico. Posteriormente, el trabajo de Cárdenas exploró la tridimensionalidad desde la austeridad de elementos cotidianos, primero incrustando elementos de usos domésticos a sus composiciones, y luego, representándolos a través de su prolija pintura. Ese tipo de exploraciones le otorgaron la mención de honor del Primer Salón Austral y Colombiano de Dibujo y Grabado, y la participación en las Bienales Coltejer en Medellín de 1968 y 1972. Su obra no solo exploró los alcances de la pintura en relación con la experimentación de la cotidianidad sino que busco acercarse de la manera más completa posible a la potencialidad de la pintura como mácula capaz de cuestionar la realidad.
La colección digital MAMM es un trabajo en proceso. Si tiene información adicional o ha identificado un error, por favor escríbanos a [email protected]
