De los cerca de 250.000 negativos que se estima produjo Benjamín de la Calle (1869 – 1934) a lo largo de su trayectoria, se conservan alrededor de 5.000. Por medio de ellos, llega hasta nuestros días una valiosa radiografía de la sociedad antioqueña de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, entre otras cosas por la democratización de la mirada que ejerció De la Calle y que fue su bandera. En 1897 emprendió la creación de su propio taller fotográfico, desde allí pudo retratar a los habitantes de Medellín y sus alrededores sin reparar en sus condiciones financieras, sociales o laborales. Gracias a ello desfilaron ante su lente, además de las familias y personajes más prestantes de Antioquia, militares, toreros y religiosos; y otros personajes menos tradicionales: artistas de circo, parejas de amantes poco convencionales, tanto heterosexuales como homosexuales, “falsas mujeres” o travestis, mujeres desnudas, venteros, prostitutas, ladrones, cargueros, mineros y otros tantos personajes que por su condición social habían estado al margen del registro fotográfico. Este interés por lo marginal tiene que ver, según historiadores y académicos como Jorge Mario Betancur o Guillermo Correa Montoya, con el hecho de que el mismo Benjamín lo era debido a su homosexualidad, sin embargo, su mirada a las otredades no se limitó al ámbito sexual. Su producción es riquísima, abarca retrato, fotografía social, conmemorativa, religiosa, judicial, postmortem e histórica, por lo que, siempre innovador técnica y compositivamente, es un fotógrafo pionero difícil de categorizar.
César Maya y compañera
1928
Técnica: Fotografía análoga B/N
Dimensiones: 20 x 25 cm
N° inventario: 715
Fecha de ingreso a la colección: 1982
Tipo de adquisición: Donación por el FAES (Fundación Antioqueña de estudios sociales de Medellín)