Artistas: Jorge Julián Aristizábal, Ever Astudillo, Alicia Barney, Adolfo Bernal, Jacobo Borges, Patricia Bravo, Luis Caballero, María Teresa Cano, Juan Cárdenas, Antonio Caro, John Castles, Nicolás Consuegra, Fabio Daza, Wilson Díaz, Juan Mejía, Carlos Echeverri, María Dolores Garcés, Ethel Gilmour, Mathias Goeritz, Gertrude «Gego» Goldschmidt, Beatriz González, Clint Imboden, Beatriz Jaramillo, Lorenzo Jaramillo, Óscar Jaramillo, Humberto Junca, Norman Mejía, Armando Montoya, Óscar Muñoz, Jorge Ortiz, Luis Ospina, Ana Patricia Palacios, Gabriela Pinilla, Gloria Posada, Julián Posada, Gerardo Ravasa, José Alejandro Restrepo, María Victoria Restrepo, Carlos Rojas, Miguel Ángel Rojas, Luis Roldán, María Isabel Rueda, Bernardo Salcedo, Steven Thomas, Fernando Uhía, Juan Camilo Uribe, Marta Elena Vélez, Ana Cristina Vélez y Hugo Zapata
Signados por la mirada del crítico y curador Alberto Sierra, estos espacios impulsaron el arte emergente y experimental de los años 80 y 90; años de deriva ideológica y de prolífica especulación que llevó a que la colección, actualmente, de testimonio del cambio sustancial que se fue forjando en el campo cultural a través de esos años.
Por otra parte, el MAMM fue un espacio clave de legitimación y difusión del proyecto de Artes Gráficas Panamericanas (AGPA), con lo cual su acervo posee una colección completa de sus 22 ediciones que habla, desde la singular perspectiva de dicho proyecto, sobre el auge de la gráfica que tan fuerte impronta dejó en la formación de las prácticas artísticas contemporáneas en América Latina.
Regrabado (Mixtape). Transiciones del arte en la Colección MAMM pone en diálogo estas dos vetas de los acervos del museo a través de una selección que permite observar algunos de los desplazamientos fundamentales en la consolidación del arte contemporáneo en Colombia a través de las últimas décadas del siglo XX. La exposición tiene 4 núcleos, 4 “vectores transicionales” o 4 canciones de rap de Medellín que se graban en el mixtape imaginario que es la banda sonora de la muestra.
El silencio es mío (Métricas frías)
Transición 1: Desjerarquización
El abandono del lenguaje alegórico fue un proceso esencial en la consolidación de las prácticas artísticas contemporáneas. En vez de cifrar su poética en la búsqueda de las figuras simbólicas, los artistas fortalecieron en sus obras la contigüidad y la yuxtaposición con lo real.
No te preocupes por mí (Crudo Means Raw, Lianna, Mañas, Vic Deal)
Transición 2: Decadencia de los géneros
En las últimas décadas del siglo XX, el crecimiento y la transformación imparable de las ciudades, por una parte, y una cultura de consumo cada vez más amplia y diversa, por otra, transformaron profundamente la construcción identitaria. El efecto de esta transformación, fue la ruptura de las unidades modernas de subjetivación como la familia, la profesión, la religión y la nacionalidad.
El último orador (Anyone/Cualkiera)
Transición 3: Desmitificación de la historia
El fin de la Guerra Fría, anunciado apoteósicamente con la caída del Muro de Berlín en el 89, en Colombia tuvo como correlato el “escalamiento y degradación” del conflicto armado. El lugar de las imágenes en la representación del conflicto, en los procesos de documentación, historización y construcción de la memoria, ha sido por sí misma un campo minado.
No está en venta (Alcolirykoz)
Transición 4: Crisis y evolución del sistema (del arte)
Desde los años 60, la gráfica demostró ser uno de los ámbitos más prolíficos de experimentación artística en torno a la transformación del “contrato social del arte”. El deseo de rebasar la brecha cultural entre el arte y el público, abierta por una institucionalidad cerrada y elitista, llevó a muchos artistas a experimentar con las gráficas por su precariedad, reproductibilidad, versatilidad y por los vínculos que permitía establecer con otros mundos y usos de la gráfica como el diseño, la publicidad y hasta la esfera doméstica e íntima.