Artistas: Claudia Andujar, Nicolás Bacal, Álvaro Barrios, José Manuel Ciria, Nicolás Consuegra, Lorena Espitia, Adrián Gaitán, Germán Alonso García, Pedro Gómez Egaña, Edgar Gúzman Ruíz, Manuel Hernández, Juan Raúl Hoyos, Óscar Jaramillo, La Decanatura (Elkin Calderón Guevara y Diego Piñeros García), Alberto Lezaca, Álvaro Marín, Juan Mejía, Gian Paolo Minelli, Carlos Motta, Beatriz Olano, Jorge Ortiz, Eugenia Pérez, Caio Reisewitz, Luis Fernando Roldán, Fanny Sanín, Beto Shwafaty, Jeison Sierra, Daniel Steegmann Mangrané, Gustavo Toro y Marta Elena Vélez
Los últimos diez años han implicado una transformación profunda para el Museo de Arte Moderno de Medellín. Primero, con su llegada al edificio Talleres Robledo en Ciudad del Río en 2009 y, posteriormente, con la apertura del edificio Expansión en septiembre de 2015. Paralelamente –o quizás de manera un poco adelantada respecto a estos aspectos más visibles– el MAMM introducía una serie de cambios y reformulaciones de su proyecto museológico y cultural para Medellín y el país.
Poco a poco, este crecía y se modificaba hasta convertirse en el programa de exposiciones locales nacionales e internacionales, programas educativos y académicos, cine, una sala de estudio para la comunidad, etc., que conforman el Museo de hoy. Durante estos años también la Colección del Museo se ha nutrido con obras que reflejan tanto los cambios que la institución ha vivido como la programación que le ha dado vida.
La Colección MAMM surge desde la fundación de la institución como fondo patrimonial con el que soportar la creación de la figura legal del Museo y también como acervo que permitiera la conservación, investigación y difusión del arte antioqueño y colombiano moderno y contemporáneo. Por la manera en que los orígenes de la institución están vinculados con la creación de la Colección podemos decir hoy que este es una parte intrínseca de su surgimiento y consolidación. Así, la Colección MAMM se presenta no sólo como un recorrido por el arte Antioqueño y Colombiano de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI sino, de manera significativa, como memoria institucional y apuesta programática.
En este marco, el MAMM lleva a cabo una exposición de una selección de las obras que, a través de un canal o de otro, han entrado a formar parte de su Colección desde su llegada a Ciudad del Río. En ese sentido, la muestra recoge algunas de las obras que han sido donadas por los artistas después de haber sido expuestas en el Museo pero también casos de generosidad excepcional en la que artistas o coleccionistas privados han cedido obras o, en algunos casos, grupos de obras.
Entre ellas están presentes el paisaje, la ciudad, el ámbito artístico, la pintura como lenguaje, la experimentación formal e, inevitablemente, el contexto social y político del país. Más que una narrativa cerrada, esta muestra permite al visitante acercarse a la experiencia reciente del MAMM a través de obras que llegaron al Museo para quedarse. A través de ellas podemos hacernos una idea del arte colombiano y latinoamericano reciente y de sus preocupaciones, lenguajes y vocabularios formales. Pero, sobre todo, de los caminos que el MAMM ha recorrido en la última década de la mano de los artistas y las personas e instituciones que han hecho posible estas incorporaciones y de las vicisitudes de una institución por preservar el legado artístico de una visión.Actualmente, la Colección del Museo de Arte Moderno de Medellín está conformada por más de dos mil obras de arte moderno y contemporáneo, colombiano e internacional, una gran mayoría de las cuales se han incorporado gracias a la generosidad de los artistas que han confiado en el Museo para preservar y dar a conocer su trabajo.
Se incluyen también las adquisiciones recientes en la feria ArtBo mencionadas arriba. En su conjunto, estas obras dan cuenta de la vida reciente del Museo y también de su voluntad de conservar, investigar y difundir el arte que le es cercano, así como de narrar las historias y comunicar las preocupaciones de los artistas de hoy.
Esta exposición es posible gracias al apoyo de Transmetano y Haceb.
Beatriz Olano, “Solo para tres”, 1999. Sillas, felpa, madera y pintura, 140 x 210 x 155 cm.